¿Por qué soy liberal papa?

Si un curioso niño de corta edad pudiese tener la concepción de que es liberal se pasaría las horas preguntándose el porqué. ¿Por qué liberal? ¿Por qué no socialista? ¿Por qué no comunista? Las preguntas estarían motivadas por su inagotable curiosidad, incansable devoradora de experiencias, necesarias para su propio desarrollo.
Esa es la esencia del liberalismo, la insaciable necesidad de querer saber, de no contentarse con dogmas dignos del mejor agente publicitario. No querer respuestas fáciles, ni pensamientos únicos porque eso no es liberal y parece un pecado decirlo. Cuantos autodenominados progresistas se crisparían ante la posible concepción de que alguien piense tan distinto a ellos, como sus sonrisas forzadas acabarían siendo una acida mueca ante la idea de que no todo el mundo quiera ser como ellos. Pero al liberal no le incomoda esta situación, el niño se divierte siendo lo que es, no pide perdón por serlo. Crecerá discutiendo con la “verdad única”, enfrentándose al imperante catecismo del socialismo, rechazando lo políticamente correcto porque el niño es distinto al resto y se enorgullece de ello.
Así el niño ha crecido, se ha forjado un carácter que le diferencia del resto de su generación, el joven no necesita el beneplácito de nadie, esta dispuesto a decir lo que piensa sabiendo lo que dice.
Este es el espíritu de La Opción Liberal, un blog de ideas y opiniones.

J.C.

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