El estado del bienestar

El estado del bienestar o el estado social, pueden definirse como aquel ente que concede sanidad, educación y demás cuestiones sociales a cambio de una retribución al mes, que se descuenta del salario de cada trabajador. Esta retribución al estado varia progresivamente al alza o a la baja según se trate de un salario alto o bajo. ¿Pero dónde está la trampa aquí?
Se supone que nuestra contribución debería quedarse ahí, pero no, esta se extiende hacia lo que comúnmente conocido como`` las cosas de nuestro día a día´´. Desde que nos levantamos estamos contribuyendo sin apenas saberlo. La luz contribuye, el agua contribuye, hasta las galletas del desayuno contribuyen.
Absolutamente todo tiene una relación con el sistema de tributación español. ¿Parece abusivo no? Teniendo en cuenta que la sanidad pública está en muchos casos ``hasta los topes de gente´´, que la educación pública ha devaluado su nivel gigantescamente y que los demás beneficios del estado social son en gran parte beneficios que otras corrientes de pensamiento político contemplan pero que incluyen de una forma mucho más mesurada. Cabria decir entonces que vivimos en el estado del sin sentido.
Nos cuesta reconocer que lo que predica nuestro Constitución desde 1978 en su artículo 1.1, sobre que nos constituimos en un estado social y democrático de derecho, puede estar equivocado en cuanto a lo social.
Tomar como ejemplo a EEUU en la sanidad o la educación, puede que no sea lo más acertado. Sin embargo, ellos poseen unas bases sobre las que corregir y desarrollar su crecimiento.
Toda gran medida sino recibe el apoyo que merece, puede venir acompañada de una gran coste social.
Margaret Thatcher y Ronald Reagan, tuvieron muy claro cuál era el camino que debíamos seguir. Hayek en su obra Camino de servidumbre, puso de manifiesto numerosas realidades y equivocaciones en las que se hallaban muchos de los intelectuales más destacados de su época, que eran por desgracia, los que controlaban las políticas estatales a nivel mundial.
Este intelectual se arriesgó al desprecio de todos los que le rodeaban al escribir este libro, y él lo sabía. Sabía que sería repudiado, acosado y defenestrado por aquello que iba a publicar, pero tenía la plena convicción de que debía hacerlo.
Estuvo alrededor de 20 años, apartado de panorama económico internacional, desarrollando su actividad intelectual en la Universidad de Chicago, el único lugar dicho sea de paso, donde le admitían de profesor en todo el mundo.
Volviendo a los dos grandes políticos que mencioné, fueron ellos los que nos han salvado. Parece que hablamos de una película de Star Wars la amenaza fantasma, pero es que literalmente nos salvaron de la amenaza de que el comunismo siguiera extendiéndose.
Tax free y mercado libre, eran términos que por entonces sonaban a algo estrambótico, utópico y desacertado. Los ``lideres´´ de la época habían advertido al pueblo que estos conceptos eran el mal. No les decían porque, tan solo afirmaban que traería consigo menos trabajo y más desesperación, que sumados al que había por entonces formaba el coctel perfecto para llevar a cabo un sistema de control de mentes perfectamente organizado, como si de un libro de Aldous Huxley se tratase.
Sin embargo Ronald y Marga, predicaron por todo el mundo las bondades del liberalismo y fueron dejando su semilla allí por donde pasaban. Cuando en sus países se produjo el milagro económico del mercado libre, estos otros, asolados por la desesperación como estaban, adoptaron poco a poco esas medidas y crecieron como nunca antes se había visto.
Alguien había dado con el mecanismo para hacer de mundo un lugar mejor. Pasados los años, cuando estos políticos, una vez abandonaron el poder ejecutivo, hablaron sobre lo que hicieron. Nos dijeron que era la única salida que teníamos, sino estábamos abocados a la destrucción en medio de guerras originadas por la desesperación.
Reagan concluyo una entrevista, en la que hablaba sobre las medidas que llevo a cabo junto con Thatcher, con una frase que quedo grabada en mí mente:
Si no es ahora ¿Cuándo? Si no somos nosotros ¿Quién?
I.C.