La Constitución Colectivista: La especulación inmobiliaria

Este artículo pretende demostrar cómo en la misma Constitución española de 1978 se encuentran algunos de los males que aquejan a la sociedad española actual.
Como todos sabemos (salvo nuestro Gobierno actual al parecer), la inminencia de una crisis económica nacional a nivel español se venía anunciando desde hacía mucho tiempo. Por supuesto, la inesperada llegada de una crisis mundial sirvió a un doble propósito; incrementar el problema y ocultar, por parte del Gobierno, esa inevitable caída que se avecinaba en un horizonte no muy lejano. Así, intentaron escudarse en la mala situación mundial, tanto para excusar sus dudosas gestiones como para culpar al eterno enemigo del mundo, Estados Unidos.
Pero, ateniéndonos al caso de España, la verdad es que estaba en boca de todos la especulación inmobiliaria como la causa del gran malestar dentro de nuestras fronteras. Numerosos partidos, no sólo de la izquierda (PSOE e IU), sino de la misma derecha (algunos sectores del PP), empezaron a exigir un mayor control por parte del Estado sobre la situación para impedir que los especuladores pudiesen seguir con sus turbios negocios. Así lo defendieron, y así se lo transmitieron a la opinión pública y a las masas, que acabaron convencidas de que este argumento era una verdad bíblica, como lo fue en su momento hace 70 años, cuando el Partido Nacionalsocialista exigió un mayor dominio de la economía por parte del Estado, y las terribles consecuencias que ésto trajo consigo para la libertad de las personas. De nuevo, la historia se repite.
Sin embargo, ¿es cierto esto?, ¿de verdad el Estado no tenía ningún control sobre el suelo que estaba siendo usado por los especuladores? Como siempre, la Constitución es una fuente de conocimiento que nos ayuda a saber cómo es la situación pasada y presente de la vida pública en nuestro país.
El artículo 47 de la presente dice claramente: "Los poderes públicos(Estado) promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho(una vivienda digna), regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación". Por lo tanto, la conclusión que se desprende de este artículo es que hasta ahora el Estado ha sido el que ha regulado el suelo. Entonces, ¿cómo es posible que la especulación que se pretendía evitar, haya tenido lugar? Muy sencillo, porque el mismo Estado, en concreto los alcaldes y concejales en sus respectivos ayuntamientos, ha tenido el control del suelo dentro de cada municipio. De este modo, el empresario de turno se ha tomado la libertad de ofrecer un lucrativo negocio a los alcaldes, en este caso, darles dinero por la compra de un terreno, además de una participación en los beneficios y de impuestos extras, a costa de los demás empresarios, que también querian una participación en el negocio para ofrecer mejores precios a los compradores. Pero como la determinación de los precios por el Estado y su pequeña oligarquía de empresarios privilegiados es el pan nuestro de cada día, los ciudadanos nos hemos tenido que contentar con esto, pagando unos precios vertiginosos para comprar una casa. La pruba irrefutable de todo esto es que, de no haber estado controlado el mercado inmobiliario, en los banquillos de los acusados por corrupción urbanística sólo habría empresarios. Pero, como hemos visto no ha sido así, ya que los más destacados han sido los políticos, 730 imputados en noviembre de 2009. En primer lugar, el PSOE con 264 imputados, en segundo lugar, el PP con 200, y en otro puesto muy inferior aunque muy destacable para gobernar en tan pocos municipios, IU con 20, como refleja el informe del Fiscal General del Estado, Cándido Pumpido.
La solución que propondría sería la derogación inmediata de este artículo, para iniciar la inmediata liberalización del suelo dentro de los municipios. Ésta consistiría en la señalización del terreno, su división en lotes y venta a las empresas que se encuentren en ese momento en el mercado o las nuevas que se vayan creando. Por ejemplo, si se ponen a la venta 800 hectáreas y hay 20 empresas, se venderían 40 hectáreas a cada empresa, nunca a una sola, de tal forma que se asegure la libre competencia de mercado. Con esto, una empresa venderá a una empresa y otra a otro precio, asegurándose la determinación del precio por el mercado y el libre juego de la oferta y la demanda. La empresa que ofrezca la mejor calidad al mejor precio será la que consiga más ventas. Para impedir la posibilidad de un monopolio de mercado, se debería de emitir una ley antimonopolio para impedir la fusión de empresas y la determinación del precio por una sola empresa, lo cual resultaría muy perjudicial para todos los ciudadanos, como lo es ahora cuando esta regulado por el Estado. Lo que es seguro, es que de esta forma, ningún empresario podrá exigir privilegios de suelo a un alcalde, desde el momento en el que el alcalde no tendría dominio ninguno sobre el suelo. Una vez dicho todo esto, reflexionen al respecto y piensenlo dos veces antes de pedir mayor control del Estado en la economía. Atentamente,
L.T.

Constitución Colectivista: La división de poderes en España

La división de poderes es uno de los principios básicos de toda sociedad que se quiera hacer llamar liberal, ya que asegura la limitación del poder del Estado sobre los individuos, impidiendo la posibilidad de que las decisiones de los gobernantes puedan coaccionar la libre elección de los ciudadanos o influir en otros poderes. Siendo España una sociedad democrática occidental, debería de presentar esta característica tan elemental. Pero, ¿de verdad la tiene?, ¿podemos asegurar con absoluta certeza que el Estado español está realmente dividido en los tres poderes de los que ya hablaron John Locke y Montesquieu hace ya más de 250 años?
En numerosas ocasiones nos vamos a ver expuestos a la continua afirmación de que "sí existe la división de poderes en España". Nada más lejos de la realidad, los argumentos que defienden esta idea (incluidos algunos profesores de Derecho como Enrique Álvarez Conde, entre otros), son más bien escuetos y parcos, por no decir risibles.
Cuando nos acercamos a ojear nuestra Constitución de 1978, hallamos en su índice esa supuesta separación del poder legislativo(Cortes Generales), poder ejecutivo(Gobierno) y Poder Judicial(jueces y magistrados). Sin embargo, ¿qué sucede en el momento de leer con detenimiento cada uno de sus artículos? Lamentablemente, en cuanto nos encomendamos a emprender esta tarea tan reveladora nos percatamos de cuán equivocados estabamos. De sus 169 artículos, hay 2 de ellos que resultan muy sugerentes a la hora de plantearnos hasta qué punto están de separados tanto los poderes como los órganos estatales (arts. 85, 86 y 122.3) . Dejemos que los mismos artículos se expresen y a continuación los analizaremos. El artículo 85 dice: "Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de Decretos Legislativos". El artículo 86 dice: "En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán forma de Decretos-Leyes" y el artículo 122.3. dice: "el Consejo General del Poder Judicial (órgano de gobierno autónomo del PJ, encargado de seleccionar y de nombrar a los jueces y magistrados), es seleccionado por las Cortes Generales". De sus 21 miembros, 10 por el Congreso de los Diputados y 10 por el Senado.
Es decir, que el Gobierno, a parte de poder ejecutivo, también dispone de poder legislativo para emitir leyes (que aunque sea en caso de extraordinaria y urgente necesidad, esa decisión la toma el gobernante, por lo que se dará esa circunstancia cuando él considere que es así. Prueba de ello es que ahora mismo se publican más Decretos Legislativos y Decretos Leyes que Leyes Ordinarias de las Cortes Generales en sí). Además, si un Partido tiene mayoría absoluta, podrá elegir a casi todos los componentes del Consejo General del Poder Judicial, en vez de ser escogidos por los mismos jueces y magistrados.
En conclusión, lo que resulta evidente es que la mera existencia de estos fenómenos ya son una infracción y un obstáculo en el camino hacia la independencia de los poderes. En lugar de tener una Constitución que sirva para limitar la influencia de cada uno de los poderes sobre los demás, lo que tenemos es una Constitución que permite al Gobierno la libre posesión de todo el poder ejecutivo, parte del legislativo e influir sobre las decisiones del judicial. Por tanto, a la hora de votar, tengamos cuidado a quién elegimos de gobernantes, porque sus decisiones tendrán una relevancia mucho mayor sobre nuestras vidas de lo que creemos a simple vista.
La solución que propongo es la completa derogación de estos 3 artículos y del ministerio de Justicia (encargado del personal no jurisdiccional que trabaja con los jueces y magistrados pero no depende de ellos, sino del poder ejecutivo), para asegurar la descentralización de los poderes, que fue uno de los objetivos básicos de la Transición Española para romper con el modelo centralizado de la dictadura, pero que por lo visto no ha llegado a muy buen término.
L.T.

La democracia totalitaria

Como ningún otro antes que él, Friedrich Hayek fue el pensador que supo ver, con realidad preclara, hasta qué punto el origen del pensamiento colectivista y totalitario del Partido Nacionalsocialista se encontraba en el ambiente popular de la República de Weimar (1919-1933). La etapa más democrática que hubiera conocido Alemania hasta la fecha, por no decir la única. La Constitución vigente durante esta etapa democrática, aprobada en 1919, es considerada una de las primeras constituciones que reconoce el Estado Social de Derecho(versión más o menos socialdemócrata del Estado), junto con la Constitución de México de 1917. Pero a pesar de parecer un texto revolucionario y muy querido, la verdad es otra. Durante la dictadura de Adolf Hitler(1933-1945), nunca se derogó esta Constitución democrática. Es más, de hecho, fue gracias a ella por la que Hitler pudo hallar un argumento sólido para justificar algunos de sus primeros actos que le llevaron al poder absoluto.

El objetivo de los siguientes artículos que se van a publicar dentro de la categoría La Constitución Colectivista, será mostrar cómo la redacción de nuestra actual Constitución de 1978 en España, aunque defienda los derechos y libertades fundamentales de toda sociedad democrática occidental, puede inducir a error o a malinterpretación, que en caso de suceder, podría tener terribles repercusiones para nuestra libertad.

L.T.

¿Es Estados Unidos realmente el culpable de la crisis actual?

Cuando nos planteamos la crisis como un producto que nos ha venido dado del exterior, pensamos: ``lástima que sean los Estados Unidos los que la han provocado sino tendríamos alguna posibilidad para salir antes de que ellos lo hagan por nosotros´´. Actualmente es este pensamiento es el que rige nuestra sociedad y ese es el fallo, nos conformamos y esperamos que los demás sean los que solucionen nuestros problemas. Como puede ser que otros países de la Unión Europea, como Alemania o Reino Unido comiencen a dar muestras de recuperación, mientras que nosotros seamos uno de los países de toda Europa con mas tasa de desempleo.

El 17 de Diciembre la revista Cinco Días público en su página web que, la Asociación Española de la Banca prevé que 2010 no será ni mucho menos el tan anunciado año en el que saldremos de la crisis, sino que posiblemente sea 2011. Esto es así por una simple razón, nuestras medidas contra la crisis no prevén una desestructuración de nuestro maltrecho sistema financiero, son únicamente medidas que buscan soluciones para el aquí y ahora. Estos parches pueden servir para que luzcan con elegancia sus famosos brotes verdes, pero no dejan de ser medidas que solucionan el problema durante cierto periodo de tiempo. No creamos un nuevo sistema de mercado, el cual seria lógico que se basara en la libertad para su mejor promoción, en su lugar intervenimos en todos sus aspectos y ahogamos todos los posibles mecanismos que posee para salir adelante solo.

Si echamos la mirada atrás año y medio podemos encontrar dos cosas, un presidente del gobierno triunfante por las elecciones que acababa de ganar y un popular discurso en el que aseguraba fervientemente que saldríamos de las crisis con sus métodos socialdemócratas. Estos métodos aun están por demostrar sus resultados.

Como resultado que tenemos, una sociedad engañada y cansada de luchar contra un sistema que oprime a individuo y sus aspiraciones por conseguir un futuro mejor. Paradójicamente el Estado afirma sin dejar lugar a dudas que hace todo lo posible por salir de la crisis, no lo dudo, pero si las pequeñas y medianas empresas no reciben dinero de los bancos, que el propio estado les da, ¿cómo van a conseguir subsistir?

Por ello, en vez de mirar al Estado buscando una solución, tendremos que buscarla nosotros mismos, porque visto lo visto no lo va a hacer nadie por nosotros. Debemos ser más autosuficientes y demostrar porque nuestro país, que ha salido de momentos peores que este, es considerado como uno del primer mundo. Basta ya de sistemas intervencionistas que agobian a las empresas, basta ya de sueldos mileuristas que no hacen más que crear desempleo juvenil. Aboguemos por un libre mercado, garanticemos a nuestros ciudadanos una seguridad eficiente y sobre todo evitemos caer de nuevo en un sistema intervencionista.

I.C.

¿Por qué soy liberal papa?

Si un curioso niño de corta edad pudiese tener la concepción de que es liberal se pasaría las horas preguntándose el porqué. ¿Por qué liberal? ¿Por qué no socialista? ¿Por qué no comunista? Las preguntas estarían motivadas por su inagotable curiosidad, incansable devoradora de experiencias, necesarias para su propio desarrollo.
Esa es la esencia del liberalismo, la insaciable necesidad de querer saber, de no contentarse con dogmas dignos del mejor agente publicitario. No querer respuestas fáciles, ni pensamientos únicos porque eso no es liberal y parece un pecado decirlo. Cuantos autodenominados progresistas se crisparían ante la posible concepción de que alguien piense tan distinto a ellos, como sus sonrisas forzadas acabarían siendo una acida mueca ante la idea de que no todo el mundo quiera ser como ellos. Pero al liberal no le incomoda esta situación, el niño se divierte siendo lo que es, no pide perdón por serlo. Crecerá discutiendo con la “verdad única”, enfrentándose al imperante catecismo del socialismo, rechazando lo políticamente correcto porque el niño es distinto al resto y se enorgullece de ello.
Así el niño ha crecido, se ha forjado un carácter que le diferencia del resto de su generación, el joven no necesita el beneplácito de nadie, esta dispuesto a decir lo que piensa sabiendo lo que dice.
Este es el espíritu de La Opción Liberal, un blog de ideas y opiniones.

J.C.