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La cumbre del G-20

Tras un largo periodo de crisis económica, los países afrontan hoy esta cumbre con la intención de tratar dos temas en especial. Uno el de la regulación financiera y otro el de las políticas económicas.
Obama llega a Toronto con energías renovadas tras conseguir la aprobación de su reforma financiera, en la cual, los grandes bancos universales se ven intensamente intervenidos, a pesar de que en Europa suponen la espina dorsal de la economía.
La principal idea con la que quiere iniciar su intervención Obama, es la de animar a los países europeos a que aumenten el gasto público. Pero ahora bien esto en nuestro caso no puede ser posible, porque las arcas del estado están empezando a decir basta. De este modo espero que nos demos cuenta que el dinero público no es la gran cartera de papa, de la que echar mano cuando las cosas no te van bien.
Por otra parte tenemos al nuevo primer ministro británico David Cameron que todavia no sufre el desgaste de la crisis dado que fue elegido hace poco aun asi llegan noticias sobre sus modificaciones más inmediatas. Por ejemplo, en Renio Unido se aprobó el miércoles pasado un impuesto a los bancos que en principio emplearían para pagar los futuros rescates.
La canciller alemana Ángela Merkel llega con intención de defender su plan de austeridad y solidez económica, solidez que aun no tenemos muy claro que posean sus bancos, cuyos resultados de los`` test de estrés´´ no quisieron hacer públicos. Sabemos los de EEUU, y España se está preparando para iniciarlos.
Paradójicamente al otro lado del ring tenemos a Canadá y a Australia, como países industrializados, y a Brasil y Sudáfrica, como economías emergentes mas aventajadas. Estos defienden que, dado que no han sufrido crisis bancarias porque deberían adaptarse a las medidas propuestas, menuda lección de humildad y compañerismo nos están dando.
Me gustaría incluir en mi artículo un apunte sobre esta cumbre porque echo en falta algo muy importante, ¿donde está una modificación en la estructura del mercado? ¿Qué hacemos si en unos años volvemos a entrar en crisis con el mismo sistema que nos llevo a la anterior?, o lo que es peor ¿Qué pasará si en medio de tanto anuncio de reforma por aquí y reforma por allá, nos explota otra crisis en la cara? Esto puede pasar, que sepamos aun no se tiene constancia de cómo reaccionarán los mercados cuando se publiquen los resultados de los test de estrés, porque no inspirarán confianza alguna en caso de que sean negativos.
La cuestión más importante es que un mercado excesivamente regulado o regulado a medias es igualmente peligroso, porque nos lleva a situaciones como esta.
El libre mercado del que nos hablaban los economistas clásicos y los posteriores escritores liberales, es una opción en mi opinión muy acertada, y sin embargo muy criticada.
Me hace mucha gracia escuchar que fue el libre mercado el que nos llevo a esta crisis, que fue el liberalismo el motivo de todos nuestros males cuando realmente en ningún país del mundo se ha llevado a cabo una política realmente liberal. El liberalismo no da pie a monopolios, como tampoco da pie a políticas de brutal gasto público, ni a la fijación de los precios, ni a ingentes inyecciones de capital que no hacen sino falsear la economía, porque eso nos lleva a una depreciación de las divisas y aunque durante cierto tiempo los mercados ``funcionen´´ seguiremos en las mismas y volveremos a caer.
Supongo que es como una pescadilla que se muerde la cola, pero a este paso dejaremos de tener pez en breve.

I.C.

¿Por qué soy liberal papa?

Si un curioso niño de corta edad pudiese tener la concepción de que es liberal se pasaría las horas preguntándose el porqué. ¿Por qué liberal? ¿Por qué no socialista? ¿Por qué no comunista? Las preguntas estarían motivadas por su inagotable curiosidad, incansable devoradora de experiencias, necesarias para su propio desarrollo.
Esa es la esencia del liberalismo, la insaciable necesidad de querer saber, de no contentarse con dogmas dignos del mejor agente publicitario. No querer respuestas fáciles, ni pensamientos únicos porque eso no es liberal y parece un pecado decirlo. Cuantos autodenominados progresistas se crisparían ante la posible concepción de que alguien piense tan distinto a ellos, como sus sonrisas forzadas acabarían siendo una acida mueca ante la idea de que no todo el mundo quiera ser como ellos. Pero al liberal no le incomoda esta situación, el niño se divierte siendo lo que es, no pide perdón por serlo. Crecerá discutiendo con la “verdad única”, enfrentándose al imperante catecismo del socialismo, rechazando lo políticamente correcto porque el niño es distinto al resto y se enorgullece de ello.
Así el niño ha crecido, se ha forjado un carácter que le diferencia del resto de su generación, el joven no necesita el beneplácito de nadie, esta dispuesto a decir lo que piensa sabiendo lo que dice.
Este es el espíritu de La Opción Liberal, un blog de ideas y opiniones.

J.C.